Si, otra vez morado

Y vuelve la calentura del Blog. Gracias Adrián.

La razón por la que no quise dejar posts atrasados fué porque me leo y me doy flojera. Cuanto tiempo desperdicié mmm... triste? A cuánta gente no le llegué a caer mal con esa actitud. No me importa mucho en realidad. Los conservo porque me van a servir.

Quise encontrar un fondo menos infantil a los que he venido usando, sin tanto dibujo y tanta pendejada, pero que me haga sentir bien cuando lo vea. Algo simple pero no aburrido, neutro pero colorido, no sé... solo sabía que no lo quería floreado. No tardé mucho buscando.

Les cuento. Hace unas semanas fuí a la fiesta de un amigo que hace un chorro no veía. Celebró su cumpleaños y lo quise pasar a saludar por lo menos.

Ok el merequetengue empieza a las 7:00 pm, me regreso a las 10 pm. Listo.

- ¿Te vas a quedar?

- No puedo.

- ¡No seas cortada!

- En serio no puedo, tengo que ir a trabajar.

- A ver, ¿a qué horas entras?

A las 10 am - A las 7 am...

- Ahí está a las 6 am ya pasan las rutas.

- Pero tengo que ir con el uniforme y con los dientes lavados.

- ¡Solo buscas pretextos!, pero de todas maneras no te vas a ir.

Después de amenazarme fué a atender a otros invitados.

Mi novio no pudo acompañarme y no invité a nadie más porque solo iba y venía. Después, en la fiesta, sentí que ir sola era mala idea si quería escaparme pronto. Con compañía podía echarle la culpa de la prisa a alguien mas. Como sea.

Pasaban las horas y la casa se iba llenando de desconocidos. A la par, trataba de recordar cómo es que yo me sentía bien en un ambiente así: perdiendome de borracha, vomitando en un baño descompuesto y tomándome la libertad de quedarme a dormir en una casa ajena, corriendo el riesgo de que algo feo me pasara para que a la mañana siguiente me fuera corriendo a trabajar con el montón de ojeras y el sabor del vodka en cada eructo. Y eso era TO-DOS los viernes que se pudiera.

Dios mío, pero qué valiente...

No es que ahora esté mal, o que yo piense que la gente que lo hace está equivocada. Adelante si le encuentran sabor, yo ya no.

-Bueno, te vas ahora que llegue mi novia, quiero que la conozcas.

Me quedé solo para ver si era cierto. No es que mi amigo sea un mal muchacho pero me costaba trabajo creer que alguien como el tuviera una relación de un año y piquito.

Sentí un beso en la frente al mismo tiempo que me dijo:

- "Pinche Chucho, te estimo mucho, de veras"

Sentí entre alegría y miedo. Dos años atrás eso lo habría resumido en un zape.

Evidentemente dos personas en esa fiesta habíamos sufrido un cambio brusco a lo largo de dos años. Podía entender que yo me hubiera vuelto más apática y responsable de lo que ya era, ¿pero mi amigo sensible y cariñoso?. El mundo se va a acabar.

Por mi mente pasó un "yo también, pendejo" que juro que pronuncié, pero se quedo atrapado en una más risa que sonrisa y al final no brotó. Quise darle mejor un zape, pero tampoco lo hice.

Al escoger mi fondo vi que hay actitudes que dejé de tener, cosas que dejé de hacer y formas que me dejaron de gustar... quizá infantiles, o quizá solo me aburrieron y ya no me siento "yo" con ellas.

Después de ver algunos fondos escogí el morado, como siempre. Digo, en el fondo uno siempre es del mismo color.